martes, 16 de abril de 2013

Encuentros

Había pasado una noche maravillosa porque al final había podido estar con él... Era una noche cálida, el sitio era perfecto una terraza que hacia pensar que ya se acercaba el verano. Había gente en diferentes mesas, música...pero para ella sólo estaba él. Una copa, unos cigarrillos y él.
Ella se sentía feliz porque no era tan fácil encajar horarios,verse, pero ahí estaba con su amado, como cualquier pareja de enamorados tomando una copa bajo el cielo estrellado, hablando, regalandose miradas, besos fugaces, caricias...
Le encantaba escucharle, podría pasarse horas escuchandole mientras miraba sus preciosos ojos verdes. Él era alegre, simpático, cariñoso, sincero y ella le escuchaba mientras mordía su labio inferior y se reía, siempre conseguía hacerla reír.
Ella era mas tímida, algo mas joven que él aunque realmente no se apreciaba la diferencia ya que él no aparentaba su edad. Era cariñosa,mimosa y él sacaba lo mejor de ella, incluso aquellas cosas olvidadas o no descubiertas.
Y ahí estaban los dos felices, tomando una copa, mientras la noche pasaba rápido porque cuando estaban juntos las horas parecían minutos, los minutos parecían segundos...
Eran sobre las 2,30 de la mañana cuando decidieron cambiar de sitio, ir a ver a unos amigos... fueron hacia el coche y allí se fundieron en un beso que no querían que terminara, caricias, mas besos... los dos se amaban, sus respiraciones se aceleraban y se unían como si fueran una... pero era tarde. Una copa con sus amigos y tendrían que separarse de nuevo.
Sí, siempre llegaba el momento de esa separación que a los dos les dolía tanto. Cada uno tenía que volver a su casa soñando con que algún día podrían volver juntos, dormir juntos, despertarse juntos...
Y llegó ese momento, ella le dejó en la puerta de su casa y sola emprendió el camino a la suya esa noche vacía porque sus hijos no estaban con ella ese día. Se metió en la cama y soñó con él.
De repente sonó el timbre de la puerta, ella abrió los ojos medio dormida y se levantó para ver quien llamaba, cuando descolgó el telefonillo y escuchó su voz. Era él, había ido a despertarla, a abrazarla, a quererla, a amarla... Y quitandose la ropa se fundieron en un beso, caricias, miradas y fueron uno. Los dos, la misma persona. Los dos, fueron uno entregandose su amor en la cama, dandose todo, sintiendose, queriendose!!!
Fue una mañana inimaginable, ella fue tan feliz... Fue como un sueño y su sonrisa no podía desaparecer de su cara. Y de nuevo llegó el momento de irse pero eran felices por esas horas que habían estado juntos, esas maravillosas horas en las que habían sido uno.
Y ella tenia una esperanza de volver a verle por la noche, verle un ratito, un ratito pequeño... y esa esperanza se cumplió y llegó ese ratito, una copa con amigos, y sus miradas, sus besos fugaces escondidos, sin que nadie les viera, sus caricias de soslayo. Nadie se daba cuenta pero ellos sólo necesitaban mirarse para decirse lo que sentian, incluso para besarse... una mirada, un beso!!!
Ella, él, no necesitaban mas... porque se daban todo, porque eran felices, se hacian felices....